miércoles, 5 de septiembre de 2012

El Año de la Fe

El 11 de octubre de 2011 el Santo Padre Benedicto XVI, convocó en Roma, una Carta Apostólica en forma de Motu Propio convocando al Año de la Fe, la carta Porta Fidei – La Puerta de la Fe, donde nos dice “la exigencia de redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo”(1), que es algo esencial en su ministerio como sucesor de el Apóstol San Pedro, y nos muestra algunas claves para vivir la Fe cuando nos dice que “debemos descubrir de nuevo el gusto de alimentarnos con la Palabra de Dios, transmitida fielmente por la Iglesia, y el Pan de la vida, ofrecido como sustento a todos los que son sus discípulos”(1), claramente aludiendo a una vida sacramental y catequística, viviendo la predicación viva en el Santo Sacrificio de la Misa, en las distintas catequesis, en la Lectio Divina, en las Misiones con la Nueva evangelización y la Misión Continental y alimentándonos de el sacramento de la Eucaristía, y si hacemos eso, también por consiguiente, por ser necesario, de la reconciliación constante y en crecimiento espiritual, es decir, no tener en segundos términos la visita al confesionario. Esto en parte responde a la pregunta que nos hace en la carta, la misma de los tiempos de nuestro Señor Jesucristo: ¿Qué tenemos que hacer para realizar la voluntad de Dios?: tenemos que creer en Jesucristo enviado del Padre, y creer implica conocerle, conocer sus enseñanzas, su doctrina, nadie cree en lo que no conoce. Por ese motivo, el Santo Padre a convocado al Año de la Fe, que iniciará el 11 de octubre de 2012, es decir estamos a vísperas de su comienzo, en el aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y finalizará en la solemnidad de Cristo Rey el 24 de noviembre de 2013, cumpliéndose también 20 años del Catecismo de la Iglesia Católica (2) y teniendo cumplidos 7 el Compendio del Catecismo De la Iglesia Católica (3). Con el Año de la Fe, se nos invita a una auténtica Conversión a Cristo y a llenarnos de su Amor para poder llevar el Evangelio, para ir y enseñar lo que nos ha mandado. Por esto, el Año de la fe se centrará en la vida Sacramental, en la celebración del misterio cristiano, en el Santo Sacrificio de la Misa y en la catequesis, poniendo atención al Catecismo y a redescubrir los documentos Conciliares, con una hermenéutica en continuidad con la Tradición, y en el magisterio vivo de la Iglesia de Cristo. Esto hará que vivamos dando testimonio de cristo en Fe, Esperanza y Caridad., Siendo la Caridad, quien testificará nuestra Fe, siendo entonces una Fe viva. ¿Qué nos toca hacer entonces?, esta es la pregunta, que en parte se responde al estar centrado el año en el catecismo, en la vida sacramental y en los documentos conciliares: vivamos en nuestra Parroquia, conforme a lo anhelado por nuestro Obispo, fiel heredero de la Tradición Apostólica, que ha centrado las esperanzas en la gran espiritualidad de esta Parroquia de San Diego de Alcalá, para llevar a cabo el Plan Pastoral, para que cristo sea el centro y vida de todas las familias, y que seamos todos un solo cuerpo, una sola alma, con nuestro Párroco, con nuestro Obispo de la Diócesis de Texcoco, Con nuestro Santo Padre, haciendo con amor y preparación, lo que podamos y el Espíritu Santo nos indique, en las Distintas dimensiones: Profética, Litúrgica y Social, teniendo de cabecera, las Sagradas Escrituras, El Catecismo y los Documentos Conciliares y de ser posible, las homilías de el Apóstol que Dios y Nuestra Madre Santísima han querido para nuestra Diócesis, Monseñor, Juan Manuel Mancilla Sánchez. Que Nuestro Señor Jesucristo, bendiga el Año de la Fe, y que nuestra Madre santísima nos ayude a caminar en ella en nuestra Parroquia de San Diego, a la Luz del Espíritu Santo. San Diego de Alcalá, ruega por nosotros.

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